El sistema de entrega de bonos sociales a cambio de popularidad política debe ser reducido progresivamente hasta su eliminación. El Estado no puede seguir comprando dignidad y derechos, debe dar oportunidades. Existen mecanismos más eficientes como el servicio de voluntariado recompensado con estipendio mensual, seguridad social y capacitación laboral, que lo hacen grandes organismos en el mundo.
Ecuador lleva años en un sistema de entrega de bonos (solidarios) que no terminan de sacar de la pobreza a sus beneficiarios, de hecho muchas personas se aferran a este recurso estatal que genera dependencia y se vuelve como aquella vaca del cuento, reemplazar esta formula es un paso difícil de dar, pero posiblemente necesario para el cambio cultural de pensamiento de nuestros ciudadanos, muchos dicen «queremos trabajar», pero no hay el impulso privado que el empleo necesita, por ello el Estado debe asumir la cuenta hasta estabilizar, pero en lugar de dar $50 por nada, que tal un plan de bonos desde $200 a $400 por servicios sociales y públicos más dignos.
Con beneficios que vayan más allá del estipendio mensual como pueden ser la seguridad social, la capacitación técnica laboral, planes de becarios, la tan anhelada primera experiencia laboral para jóvenes, la generación de ingresos para el sector de edad mayor a 40 que aqueja improductividad laboral, la segunda fuente de ingresos para emprendedores que seguramente reinvertiran ese estipendio, educación continua e incluso la profesionalización con el apoyo de la academia.
Basta de más bonos, cambiemos el chip del pensamiento de generación de recursos en nuestros ciudadanos.

